Wall Street está reescribiendo en silencio su código fundamental. El antiguo responsable de Digital Assets en BlackRock y actual codirector ejecutivo de Sharplink, Joseph Chalom, resume así la nueva dirección de las finanzas tradicionales: “Ethereum es la infraestructura de las finanzas del futuro.” En 2025, las instituciones se están adaptando con gran rapidez y escala, impulsando capital y aplicaciones que sitúan a Ethereum en el centro del sistema financiero.
Chalom trabajó durante 20 años en BlackRock, donde impulsó la expansión de la plataforma Aladdin, el lanzamiento del ETF spot de Bitcoin IBIT y la inversión en Securitize, entre otros proyectos. Con una amplia experiencia en infraestructura financiera y los desafíos de la implantación de blockchain, considera ahora que Ethereum integra “confianza, seguridad y liquidez” en una sola capa de servicios. Mediante los smart contracts y la amplia circulación de stablecoins, Ethereum responde a las exigentes necesidades de gestión de riesgos de los actores institucionales.
La confianza proviene de una red con un 100 % de disponibilidad; la seguridad se basa en validadores descentralizados; y la liquidez proviene de las mayores comunidades de desarrolladores y de capital del mundo. Frente al papel de Bitcoin como reserva de valor, Ethereum permite que los tokens generen rentabilidad directamente en la blockchain. Para Chalom, esta utilidad versátil es una auténtica “infraestructura pública” financiera.
Ethereum lidera el mercado de stablecoins, activos tokenizados y actividad de smart contracts de alta calidad. Para digitalizar las finanzas, las instituciones exigen una blockchain fiable, y Ethereum cumple perfectamente ese papel.
Sharplink ha transformado ETH en una fuente de rendimiento. La compañía posee unos 859 853 ETH, valorados entre 2,9 mil millones y 3,45 mil millones de dólares, y la mayoría están en staking. Esto permite obtener rendimientos anuales de aproximadamente un 3 % a un 4,5 %. En una sola semana, Sharplink ganó 459 ETH, con recompensas acumuladas que superan los 6,575 ETH. Todo ello sin recurrir a apalancamiento, lo que reduce el riesgo de volatilidad del precio.
La empresa también invirtió 200 millones de dólares en Linea Layer 2 de Consensys, aprovechando los servicios de restaking EigenLayer y EigenCloud. Así, el mismo ETH genera simultáneamente recompensas nativas de staking, delegaciones de seguridad AVS e incentivos de socios. Anchorage Digital Bank custodia los activos con total seguridad. Chalom define estos resultados como “rentabilidad de nivel DeFi sin el riesgo propio de DeFi.”
ETH, como activo productivo, abre el camino hacia rendimientos más seguros y estables.
La aprobación por parte de la SEC de los ETFs spot de Ethereum a mediados de 2024 abrió nuevas vías de cumplimiento y convirtió 2025 en el año decisivo para la entrada institucional. Los activos gestionados por los ETFs spot de Ethereum alcanzaron rápidamente los 20 mil millones de dólares, reflejando la percepción de ETH como un activo regulado y generador de rentabilidad.
Tras el éxito del ETF IBIT, BlackRock emitió un fondo monetario tokenizado en la blockchain a través de Securitize. JPMorgan invirtió 102 millones de dólares en Bitmine Immersion Technologies para reforzar la infraestructura de Ethereum. UBS realizó su primera transacción de fondo tokenizado en Ethereum, ejemplificando la operativa. Los datos del tercer trimestre muestran que las instituciones poseen 11,32 mil millones de dólares en ETH, y el 8,3 % del suministro circulante está bloqueado en contratos de staking.
Chalom anticipa que los términos “descentralizado” y “tradicional” desaparecerán pronto, ya que las infraestructuras subyacentes ya se han fusionado. Afirma públicamente:
“Simplemente lo llamaremos finanzas. Ethereum será la infraestructura fundamental.”
Ethereum reduce la liquidación de las transacciones al nivel de bloque. Ofrece ejecución transparente y trazable, y elimina los puntos únicos de fallo mediante validadores globales, reduciendo los costes. Los stablecoins y los activos tokenizados permiten el movimiento de capital 24/7, proporcionando liquidez permanente al mercado.
La trayectoria de Sharplink y las grandes inversiones de Wall Street envían un mensaje claro: Ethereum es ya el estándar, no un experimento. A medida que la regulación se clarifica y la tecnología evoluciona, emerge rápidamente una infraestructura financiera unificada que integra finanzas tradicionales y digitales. En la próxima década, inversores, ingenieros y reguladores tendrán que afrontar el reto común de crear servicios, distribuir rentabilidad y mantener el equilibrio entre transparencia y seguridad sobre esta infraestructura. En el futuro, puede que los usuarios ni siquiera sean conscientes de que utilizan blockchain. Pero cada movimiento de capital dependerá de Ethereum como capa pública de infraestructura.





