Recientemente, el enfoque en la política estadounidense y en los mercados financieros se centra en una lucha de poder sin precedentes: el presidente estadounidense Trump amenaza abiertamente con despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, argumentando que su "negativa a bajar las tasas de interés está perjudicando el crecimiento económico". Este conflicto sobre la autonomía de la política monetaria no solo desafía la tradición de 70 años de autonomía del Banco Central de EE. UU., sino que también ha provocado una profunda reflexión sobre la estabilidad financiera global y la dirección del mercado de Activos Cripto: cuando la Reserva Federal podría convertirse en una herramienta política, ¿se convertirá el Bitcoin y otras monedas en un nuevo "refugio seguro", o caerán en una mayor incertidumbre?
Powell fue nominado presidente de La Reserva Federal (FED) durante el mandato de Trump en 2018, cuando la relación entre ambos era cordial. Sin embargo, a medida que La Reserva Federal (FED) continuaba subiendo las tasas de interés entre 2018 y 2019 para controlar la inflación, Trump comenzó a criticar frecuentemente las políticas de Powell, diciendo que "obstaculizan el crecimiento económico". Él declaró públicamente: "La Reserva Federal (FED) es mi mayor amenaza", "Suben las tasas demasiado rápido y bajan demasiado lento".
Esta contradicción se intensificó aún más después de la pandemia de COVID-19 en 2020. A pesar de que Powell adoptó una política monetaria expansiva sin precedentes (incluyendo tasas de interés cero y QE ilimitado), Trump todavía lo culpó por no estimular eficazmente la economía. Al entrar en 2024, con Trump volviendo a ser elegido presidente de Estados Unidos, el conflicto entre los dos alcanzó su punto máximo.
Trump aboga por "reducciones drásticas de tasas para estimular la economía", argumentando que la tasa de interés de referencia actual es demasiado alta, lo que provoca un aumento en los costos de financiamiento para las empresas y presión en el mercado de valores. En un discurso público el 17 de abril, él declaró: "La política económica de Powell es desastrosa, debería reducir las tasas de inmediato, de lo contrario, la economía estadounidense caerá en recesión." Sin embargo, Powell defiende la autonomía de la política del Banco Central, enfatizando que las decisiones sobre tasas deben basarse en datos de inflación y el desempeño del mercado laboral, rechazando ceder a la presión política.
Detrás de esta divergencia está la confrontación de dos filosofías económicas: el enfoque de "crecimiento a corto plazo primero" de Trump, que busca mantener la prosperidad del mercado de valores y la hegemonía económica a través de tasas de interés bajas; Powell, por su parte, sigue un enfoque de "objetivos de inflación", argumentando que un recorte prematuro de los tipos podría desencadenar el riesgo de estanflación. Al mismo tiempo, después del anuncio de la política de "aranceles recíprocos", el mercado financiero mundial estaba en crisis, el mercado de valores de EE. UU. cayó sin cesar y el mercado lo regañó constantemente, lo que exacerbó aún más la ansiedad de Trump y lo llevó a recurrir a la medida extrema de la "amenaza de incendio". Recientemente, Trump declaró públicamente: "¡Si hubiera tenido un presidente de la Fed bien informado, las tasas de interés se habrían bajado hace mucho tiempo!". Estoy muy molesto con él y si quiero que se vaya, se irá rápido, créanme".
Frente a la provocación del presidente, Powell mostró una rara actitud firme. Luego respondió: “De acuerdo con la ley estadounidense, el presidente no tiene derecho a destituir al presidente de la Reserva Federal por diferencias de política; incluso si se me pide que renuncie, nunca me iré, cumpliré mi mandato hasta mayo de 2026.” Según la Ley de la Reserva Federal, el mandato del presidente de la Reserva Federal está fijado en cuatro años y solo puede ser destituido en caso de impeachment por el Congreso o grave negligencia; actualmente no hay precedentes que muestren que el presidente puede eludir el proceso legal para destituir al presidente de la Reserva Federal.
Sin embargo, el gobierno de Trump está tratando de superar esta limitación a través de medios judiciales: su equipo legal cita un caso que está siendo considerado por la Corte Suprema, relacionado con el intento de Trump de destituir a dos miembros demócratas de la Comisión Federal del Trabajo. La controversia central del caso es si "el poder ejecutivo tiene la autoridad para intervenir en los nombramientos de personal de las agencias autónomas". Si la Corte Suprema determina que el presidente tiene el derecho de reemplazar a los funcionarios de agencias autónomas que "no cumplen con la política", la posición de Powell podría enfrentar una amenaza directa.
Si Trump realmente despide a Powell a la fuerza, se socavará la tradición de autonomía del Banco Central establecida por el "Acuerdo de la Reserva Federal - Tesorería" de 1951. La experiencia histórica muestra que la politización del Banco Central a menudo conduce a una hiperinflación: durante el periodo de "gran inflación" de los años 70 en Estados Unidos, la intervención del gobierno de Nixon en la Reserva Federal hizo que la tasa de inflación alcanzara el 13%. Actualmente, el mercado teme que si Trump toma el control de la Reserva Federal, podría obligar al Banco Central a implementar "flexibilización cuantitativa ilimitada", repitiendo el colapso de la lira turca.
La autonomía de La Reserva Federal (FED) es el pilar central del dólar como moneda de reserva global. Una vez que el gobierno de Trump logre intervenir en la política de tasas de interés, enviará una señal al mercado de que "la política monetaria estadounidense está bajo control político", lo que llevará a los inversores internacionales a perder confianza en los activos en dólares. El 18 de abril, el índice del dólar cayó un 0.8% después de que Trump hiciera declaraciones sobre despidos, y la fluctuación del rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se amplió a 50 puntos básicos, alcanzando un nuevo máximo desde la pandemia de 2020.
El impacto más profundo radica en que el proceso de desdolarización global podría acelerarse. Países emergentes como Rusia e India han reducido el uso del dólar en el comercio transfronterizo, y si La Reserva Federal (FED) pierde autonomía, estos países tendrán más razones para recurrir a otras monedas de reserva o activos descentralizados. La experiencia histórica muestra que cada vez que colapsa la confianza en una moneda soberana, el oro y Bitcoin experimentan un crecimiento explosivo.
Los datos muestran que el precio del oro al contado aumentó un 6.5% durante la fermentación del evento, superando los 3355 dólares/onza, mientras que el precio de Bitcoin rebotó de más de 70,000 dólares a más de 80,000 dólares, lo que indica que el mercado está considerando el oro físico y el oro digital como opciones alternativas de "activos despolitizados".
Al respecto, los analistas de Activos Cripto consideran que la pérdida de autonomía de La Reserva Federal (FED) ampliará la ventaja de "resistencia a la intervención política" de Bitcoin. Cuando el gobierno intenta manipular la oferta monetaria, la tasa de inflación fija de Bitcoin (aproximadamente 1.7% al año) y su mecanismo de emisión descentralizado se convierten en atributos escasos. No se trata de especulación, sino de una cobertura contra la crisis de confianza en la moneda.
Lo más importante es que la "Reserva Estratégica de Bitcoin" lanzada por el gobierno de Trump en 2024 (que incorpora 200,000 Bitcoins confiscados a las reservas nacionales) otorga objetivamente a Bitcoin el papel de "activo de refugio casi oficial", dándole un respaldo adicional en momentos de inestabilidad política.
Además, la intervención de Trump en La Reserva Federal (FED) podría impulsar indirectamente a otros países a acelerar la creación de "puertos seguros de Activos Cripto". En abril de 2025, Hong Kong ya ha permitido que el ETF de Ethereum incluya funciones de staking, y el ETF de Solana lanzado por Canadá también ha logrado "staking conforme a la normativa". Estos casos muestran que, en tiempos de turbulencias en el sistema financiero tradicional, los organismos reguladores tienden a diversificar riesgos a través de innovaciones en Activos Cripto. Si la politización del Banco Central de EE. UU. provoca una fuga de capitales, jurisdicciones amigables con la regulación como Singapur y Suiza podrían asumir más activos de Activos Cripto, reconfigurando el panorama financiero digital global.
Sin embargo, a pesar de la lógica a largo plazo favorable, el mercado de Activos Cripto aún enfrenta presiones de venta a corto plazo. Durante la "crisis del Silicon Valley Bank" en 2024, Bitcoin fue vendido debido a la caída del mercado de valores, lo que llevó a que su precio se redujera a la mitad. Actualmente, el coeficiente de correlación a 30 días entre las acciones estadounidenses y los Activos Cripto sigue siendo de 0.65. Si la amenaza de Trump provoca un colapso en el mercado de valores de EE. UU., Bitcoin podría verse forzado a "acompañar". El 19 de abril, durante la jornada, Bitcoin cayó brevemente por debajo de 80,000 dólares junto con el índice S&P 500, lo que muestra que la dependencia del mercado sobre las finanzas tradicionales aún no se ha cortado por completo.
En general, el conflicto entre Trump y Powell es, en esencia, una intensa colisión entre el "ciclo político" y el "ciclo económico". Cuando el sistema tradicional del Banco Central enfrenta una crisis de confianza, el auge de los Activos Cripto ya no es simplemente una revolución tecnológica, sino un cambio institucional sobre la distribución del poder monetario. Si la autonomía de La Reserva Federal (FED) se mantiene, los Activos Cripto podrían continuar existiendo como "activos complementarios"; pero si la intervención política socava la tradición de autonomía del Banco Central, monedas descentralizadas como Bitcoin podrían enfrentar una "oportunidad histórica" - convertirse en un "escudo digital" contra el abuso de poder del capital global.
El desenlace de este juego aún no es conocido, pero ha revelado un hecho clave: en una era de retroceso de la globalización y el aumento de la geopolítica, la legitimidad de la moneda ya no se sostiene únicamente por el crédito del Estado, sino que los mecanismos de confianza descentralizados potenciados por la tecnología están remodelando las reglas del almacenamiento de valor. Independientemente del resultado final, esta "crisis de la Reserva Federal" de 2025 se convertirá en una importante nota a pie de página en el camino hacia la mainstream de los Activos Cripto: demuestra que, cuando la confianza en las instituciones muestra fracturas, el sistema de confianza construido por la tecnología eventualmente será reexaminado por el mercado.
Quizás el verdadero valor de los Activos Cripto no radica en reemplazar las finanzas tradicionales, sino en obligar a estas últimas a regresar a la racionalidad: cuando la política monetaria ya no se vea influenciada por intereses políticos a corto plazo, y cuando la autonomía del Banco Central esté protegida por la ley, tanto el dólar como el Bitcoin podrán convertirse realmente en "monedas" que sirvan al desarrollo económico. Y esto es, precisamente, la última revelación que nos brinda la tormenta actual.
#Trump presiona a Powell
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¿Qué pasaría con los Activos Cripto si Trump toma el control de la Reserva Federal (FED)? ¡Trump amenaza con despedir a Powell de la Reserva Federal!
Recientemente, el enfoque en la política estadounidense y en los mercados financieros se centra en una lucha de poder sin precedentes: el presidente estadounidense Trump amenaza abiertamente con despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, argumentando que su "negativa a bajar las tasas de interés está perjudicando el crecimiento económico". Este conflicto sobre la autonomía de la política monetaria no solo desafía la tradición de 70 años de autonomía del Banco Central de EE. UU., sino que también ha provocado una profunda reflexión sobre la estabilidad financiera global y la dirección del mercado de Activos Cripto: cuando la Reserva Federal podría convertirse en una herramienta política, ¿se convertirá el Bitcoin y otras monedas en un nuevo "refugio seguro", o caerán en una mayor incertidumbre? Powell fue nominado presidente de La Reserva Federal (FED) durante el mandato de Trump en 2018, cuando la relación entre ambos era cordial. Sin embargo, a medida que La Reserva Federal (FED) continuaba subiendo las tasas de interés entre 2018 y 2019 para controlar la inflación, Trump comenzó a criticar frecuentemente las políticas de Powell, diciendo que "obstaculizan el crecimiento económico". Él declaró públicamente: "La Reserva Federal (FED) es mi mayor amenaza", "Suben las tasas demasiado rápido y bajan demasiado lento". Esta contradicción se intensificó aún más después de la pandemia de COVID-19 en 2020. A pesar de que Powell adoptó una política monetaria expansiva sin precedentes (incluyendo tasas de interés cero y QE ilimitado), Trump todavía lo culpó por no estimular eficazmente la economía. Al entrar en 2024, con Trump volviendo a ser elegido presidente de Estados Unidos, el conflicto entre los dos alcanzó su punto máximo. Trump aboga por "reducciones drásticas de tasas para estimular la economía", argumentando que la tasa de interés de referencia actual es demasiado alta, lo que provoca un aumento en los costos de financiamiento para las empresas y presión en el mercado de valores. En un discurso público el 17 de abril, él declaró: "La política económica de Powell es desastrosa, debería reducir las tasas de inmediato, de lo contrario, la economía estadounidense caerá en recesión." Sin embargo, Powell defiende la autonomía de la política del Banco Central, enfatizando que las decisiones sobre tasas deben basarse en datos de inflación y el desempeño del mercado laboral, rechazando ceder a la presión política. Detrás de esta divergencia está la confrontación de dos filosofías económicas: el enfoque de "crecimiento a corto plazo primero" de Trump, que busca mantener la prosperidad del mercado de valores y la hegemonía económica a través de tasas de interés bajas; Powell, por su parte, sigue un enfoque de "objetivos de inflación", argumentando que un recorte prematuro de los tipos podría desencadenar el riesgo de estanflación. Al mismo tiempo, después del anuncio de la política de "aranceles recíprocos", el mercado financiero mundial estaba en crisis, el mercado de valores de EE. UU. cayó sin cesar y el mercado lo regañó constantemente, lo que exacerbó aún más la ansiedad de Trump y lo llevó a recurrir a la medida extrema de la "amenaza de incendio". Recientemente, Trump declaró públicamente: "¡Si hubiera tenido un presidente de la Fed bien informado, las tasas de interés se habrían bajado hace mucho tiempo!". Estoy muy molesto con él y si quiero que se vaya, se irá rápido, créanme".
Frente a la provocación del presidente, Powell mostró una rara actitud firme. Luego respondió: “De acuerdo con la ley estadounidense, el presidente no tiene derecho a destituir al presidente de la Reserva Federal por diferencias de política; incluso si se me pide que renuncie, nunca me iré, cumpliré mi mandato hasta mayo de 2026.” Según la Ley de la Reserva Federal, el mandato del presidente de la Reserva Federal está fijado en cuatro años y solo puede ser destituido en caso de impeachment por el Congreso o grave negligencia; actualmente no hay precedentes que muestren que el presidente puede eludir el proceso legal para destituir al presidente de la Reserva Federal. Sin embargo, el gobierno de Trump está tratando de superar esta limitación a través de medios judiciales: su equipo legal cita un caso que está siendo considerado por la Corte Suprema, relacionado con el intento de Trump de destituir a dos miembros demócratas de la Comisión Federal del Trabajo. La controversia central del caso es si "el poder ejecutivo tiene la autoridad para intervenir en los nombramientos de personal de las agencias autónomas". Si la Corte Suprema determina que el presidente tiene el derecho de reemplazar a los funcionarios de agencias autónomas que "no cumplen con la política", la posición de Powell podría enfrentar una amenaza directa. Si Trump realmente despide a Powell a la fuerza, se socavará la tradición de autonomía del Banco Central establecida por el "Acuerdo de la Reserva Federal - Tesorería" de 1951. La experiencia histórica muestra que la politización del Banco Central a menudo conduce a una hiperinflación: durante el periodo de "gran inflación" de los años 70 en Estados Unidos, la intervención del gobierno de Nixon en la Reserva Federal hizo que la tasa de inflación alcanzara el 13%. Actualmente, el mercado teme que si Trump toma el control de la Reserva Federal, podría obligar al Banco Central a implementar "flexibilización cuantitativa ilimitada", repitiendo el colapso de la lira turca. La autonomía de La Reserva Federal (FED) es el pilar central del dólar como moneda de reserva global. Una vez que el gobierno de Trump logre intervenir en la política de tasas de interés, enviará una señal al mercado de que "la política monetaria estadounidense está bajo control político", lo que llevará a los inversores internacionales a perder confianza en los activos en dólares. El 18 de abril, el índice del dólar cayó un 0.8% después de que Trump hiciera declaraciones sobre despidos, y la fluctuación del rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se amplió a 50 puntos básicos, alcanzando un nuevo máximo desde la pandemia de 2020. El impacto más profundo radica en que el proceso de desdolarización global podría acelerarse. Países emergentes como Rusia e India han reducido el uso del dólar en el comercio transfronterizo, y si La Reserva Federal (FED) pierde autonomía, estos países tendrán más razones para recurrir a otras monedas de reserva o activos descentralizados. La experiencia histórica muestra que cada vez que colapsa la confianza en una moneda soberana, el oro y Bitcoin experimentan un crecimiento explosivo. Los datos muestran que el precio del oro al contado aumentó un 6.5% durante la fermentación del evento, superando los 3355 dólares/onza, mientras que el precio de Bitcoin rebotó de más de 70,000 dólares a más de 80,000 dólares, lo que indica que el mercado está considerando el oro físico y el oro digital como opciones alternativas de "activos despolitizados".
Al respecto, los analistas de Activos Cripto consideran que la pérdida de autonomía de La Reserva Federal (FED) ampliará la ventaja de "resistencia a la intervención política" de Bitcoin. Cuando el gobierno intenta manipular la oferta monetaria, la tasa de inflación fija de Bitcoin (aproximadamente 1.7% al año) y su mecanismo de emisión descentralizado se convierten en atributos escasos. No se trata de especulación, sino de una cobertura contra la crisis de confianza en la moneda. Lo más importante es que la "Reserva Estratégica de Bitcoin" lanzada por el gobierno de Trump en 2024 (que incorpora 200,000 Bitcoins confiscados a las reservas nacionales) otorga objetivamente a Bitcoin el papel de "activo de refugio casi oficial", dándole un respaldo adicional en momentos de inestabilidad política. Además, la intervención de Trump en La Reserva Federal (FED) podría impulsar indirectamente a otros países a acelerar la creación de "puertos seguros de Activos Cripto". En abril de 2025, Hong Kong ya ha permitido que el ETF de Ethereum incluya funciones de staking, y el ETF de Solana lanzado por Canadá también ha logrado "staking conforme a la normativa". Estos casos muestran que, en tiempos de turbulencias en el sistema financiero tradicional, los organismos reguladores tienden a diversificar riesgos a través de innovaciones en Activos Cripto. Si la politización del Banco Central de EE. UU. provoca una fuga de capitales, jurisdicciones amigables con la regulación como Singapur y Suiza podrían asumir más activos de Activos Cripto, reconfigurando el panorama financiero digital global. Sin embargo, a pesar de la lógica a largo plazo favorable, el mercado de Activos Cripto aún enfrenta presiones de venta a corto plazo. Durante la "crisis del Silicon Valley Bank" en 2024, Bitcoin fue vendido debido a la caída del mercado de valores, lo que llevó a que su precio se redujera a la mitad. Actualmente, el coeficiente de correlación a 30 días entre las acciones estadounidenses y los Activos Cripto sigue siendo de 0.65. Si la amenaza de Trump provoca un colapso en el mercado de valores de EE. UU., Bitcoin podría verse forzado a "acompañar". El 19 de abril, durante la jornada, Bitcoin cayó brevemente por debajo de 80,000 dólares junto con el índice S&P 500, lo que muestra que la dependencia del mercado sobre las finanzas tradicionales aún no se ha cortado por completo.
En general, el conflicto entre Trump y Powell es, en esencia, una intensa colisión entre el "ciclo político" y el "ciclo económico". Cuando el sistema tradicional del Banco Central enfrenta una crisis de confianza, el auge de los Activos Cripto ya no es simplemente una revolución tecnológica, sino un cambio institucional sobre la distribución del poder monetario. Si la autonomía de La Reserva Federal (FED) se mantiene, los Activos Cripto podrían continuar existiendo como "activos complementarios"; pero si la intervención política socava la tradición de autonomía del Banco Central, monedas descentralizadas como Bitcoin podrían enfrentar una "oportunidad histórica" - convertirse en un "escudo digital" contra el abuso de poder del capital global. El desenlace de este juego aún no es conocido, pero ha revelado un hecho clave: en una era de retroceso de la globalización y el aumento de la geopolítica, la legitimidad de la moneda ya no se sostiene únicamente por el crédito del Estado, sino que los mecanismos de confianza descentralizados potenciados por la tecnología están remodelando las reglas del almacenamiento de valor. Independientemente del resultado final, esta "crisis de la Reserva Federal" de 2025 se convertirá en una importante nota a pie de página en el camino hacia la mainstream de los Activos Cripto: demuestra que, cuando la confianza en las instituciones muestra fracturas, el sistema de confianza construido por la tecnología eventualmente será reexaminado por el mercado. Quizás el verdadero valor de los Activos Cripto no radica en reemplazar las finanzas tradicionales, sino en obligar a estas últimas a regresar a la racionalidad: cuando la política monetaria ya no se vea influenciada por intereses políticos a corto plazo, y cuando la autonomía del Banco Central esté protegida por la ley, tanto el dólar como el Bitcoin podrán convertirse realmente en "monedas" que sirvan al desarrollo económico. Y esto es, precisamente, la última revelación que nos brinda la tormenta actual. #Trump presiona a Powell