El río de estrellas es suave, el puente de las urracas tiene un amor duradero, los pasos del Qixi llegan de nuevo suavemente. Al mirar hacia atrás, en cada noche de Qixi, siempre estoy solo, sentado en silencio frente a la ventana, mirando ese profundo cielo nocturno, lleno de anhelos románticos, pero a la vez apuñalado por la dulzura de los demás en mi fren, la soledad me sigue como una sombra.
Pero este año, en el Qixi, el destino organizó un hermoso encuentro que me mostró un color diferente de esta festividad. Esta noche, los fuegos artificiales afuera estallan como un sueño, iluminando el oscuro cielo nocturno y también iluminando los rincones de mi corazón. De repente entendí que las formas de romantismo son tan diversas. Algunos sienten la dulzura y el calor del amor en una cena a la luz de las velas; otros, bajo el vasto cielo estrellado, esperan un encuentro romántico. Y yo, en la Plaza Gate, encontré mi propio mundo romántico, donde hay libertad, alegría y un profundo amor por uno mismo. Entre el amanecer y el atardecer, los fuegos artificiales nunca se apagan; año tras año, deseo estar siempre al lado de mí mismo. Resulta que cuando aprendemos a amarnos bien, cada día puede estar rodeado de felicidad, y cada día puede convertirse en un San Valentín único.
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El río de estrellas es suave, el puente de las urracas tiene un amor duradero, los pasos del Qixi llegan de nuevo suavemente. Al mirar hacia atrás, en cada noche de Qixi, siempre estoy solo, sentado en silencio frente a la ventana, mirando ese profundo cielo nocturno, lleno de anhelos románticos, pero a la vez apuñalado por la dulzura de los demás en mi fren, la soledad me sigue como una sombra.
Pero este año, en el Qixi, el destino organizó un hermoso encuentro que me mostró un color diferente de esta festividad. Esta noche, los fuegos artificiales afuera estallan como un sueño, iluminando el oscuro cielo nocturno y también iluminando los rincones de mi corazón. De repente entendí que las formas de romantismo son tan diversas. Algunos sienten la dulzura y el calor del amor en una cena a la luz de las velas; otros, bajo el vasto cielo estrellado, esperan un encuentro romántico. Y yo, en la Plaza Gate, encontré mi propio mundo romántico, donde hay libertad, alegría y un profundo amor por uno mismo. Entre el amanecer y el atardecer, los fuegos artificiales nunca se apagan; año tras año, deseo estar siempre al lado de mí mismo. Resulta que cuando aprendemos a amarnos bien, cada día puede estar rodeado de felicidad, y cada día puede convertirse en un San Valentín único.
❤️❤️ #Gate广场七夕心意#