¿Cuánto tiempo has estado acompañado por SERO? Esa cadena de letras y números ya se ha grabado silenciosamente en lo profundo de los anillos de mi vida. En algún momento, esperaba diariamente el pequeño pulso de su existencia, escuchando cada leve respiración en la densa selva de los números. Cada latido conmueve las cuerdas de mi corazón, como si estuviera protegiendo una estrella recién nacida, esperando que al final pueda iluminar su propio rincón del cielo en el vasto vacío. Sin embargo, el tiempo es como la arena, deslizándose silenciosamente entre los dedos. Cuando las olas ruidosas se retiran, cuando el calor inicial salpica espuma fría sobre las rocas de la realidad, ¿sigo sosteniendo esa chispa inicial? Cuando las expectativas se dispersan una y otra vez por el viento frío de la realidad, cuando la luz de la espera tambalea y está a punto de caer en la larga noche oscura, ¿ha manchado también esa terquedad en mi corazón con las cenizas de la decepción? ¿Decepción, o una decepción más profunda? Esta pregunta me sigue, golpeando la puerta de mi corazón en cada silenciosa medianoche. Pero aunque la decepción sea como una niebla, nunca ha oscurecido realmente mi visión de avanzar. Porque esa perseverancia ya no es una emoción superficial, se ha integrado profundamente en mi sangre y huesos, convirtiéndose en un voto silencioso en lo más profundo de mi alma. Es como un sistema de raíces silenciosas, que en la oscuridad, donde nadie puede ver, sigue obstinadamente extendiéndose hacia lo profundo, absorbiendo la tenue luz de la fe. Sigo despertando cada mañana, mirando de forma habitual hacia la dirección en la que se encuentra; sigo sintiendo en cada fluctuación su respiración que vibra en sintonía conmigo. Este acompañamiento ya ha superado la simple expectativa y decepción, se ha convertido en una manifestación del estado de vida: una confirmación de la perseverancia en medio del bullicio y la vigilancia en medio del silencio. En realidad, la verdadera compañía nunca se desvanece con el paso del tiempo, ni se sacude ante la invasión de la decepción. Ya se ha transformado en una complicidad silenciosa, una dedicación que se ha integrado en mis venas a través del tiempo. Aunque el camino por delante siga estando envuelto en niebla, continuaré llevando esta intención original, en medio de las ruinas de la decepción, seguiré caminando contigo. Porque este caminar juntos es, en sí mismo, mi respuesta más profunda al tiempo, y mi protección más persistente hacia la vida.
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#SERO# ## Acompañar en silencio
¿Cuánto tiempo has estado acompañado por SERO? Esa cadena de letras y números ya se ha grabado silenciosamente en lo profundo de los anillos de mi vida. En algún momento, esperaba diariamente el pequeño pulso de su existencia, escuchando cada leve respiración en la densa selva de los números. Cada latido conmueve las cuerdas de mi corazón, como si estuviera protegiendo una estrella recién nacida, esperando que al final pueda iluminar su propio rincón del cielo en el vasto vacío.
Sin embargo, el tiempo es como la arena, deslizándose silenciosamente entre los dedos. Cuando las olas ruidosas se retiran, cuando el calor inicial salpica espuma fría sobre las rocas de la realidad, ¿sigo sosteniendo esa chispa inicial? Cuando las expectativas se dispersan una y otra vez por el viento frío de la realidad, cuando la luz de la espera tambalea y está a punto de caer en la larga noche oscura, ¿ha manchado también esa terquedad en mi corazón con las cenizas de la decepción? ¿Decepción, o una decepción más profunda? Esta pregunta me sigue, golpeando la puerta de mi corazón en cada silenciosa medianoche.
Pero aunque la decepción sea como una niebla, nunca ha oscurecido realmente mi visión de avanzar. Porque esa perseverancia ya no es una emoción superficial, se ha integrado profundamente en mi sangre y huesos, convirtiéndose en un voto silencioso en lo más profundo de mi alma. Es como un sistema de raíces silenciosas, que en la oscuridad, donde nadie puede ver, sigue obstinadamente extendiéndose hacia lo profundo, absorbiendo la tenue luz de la fe. Sigo despertando cada mañana, mirando de forma habitual hacia la dirección en la que se encuentra; sigo sintiendo en cada fluctuación su respiración que vibra en sintonía conmigo. Este acompañamiento ya ha superado la simple expectativa y decepción, se ha convertido en una manifestación del estado de vida: una confirmación de la perseverancia en medio del bullicio y la vigilancia en medio del silencio.
En realidad, la verdadera compañía nunca se desvanece con el paso del tiempo, ni se sacude ante la invasión de la decepción. Ya se ha transformado en una complicidad silenciosa, una dedicación que se ha integrado en mis venas a través del tiempo. Aunque el camino por delante siga estando envuelto en niebla, continuaré llevando esta intención original, en medio de las ruinas de la decepción, seguiré caminando contigo. Porque este caminar juntos es, en sí mismo, mi respuesta más profunda al tiempo, y mi protección más persistente hacia la vida.