Al hablar con personas más competentes que tú, te darás cuenta de que la conversación gira principalmente en torno a la naturaleza humana, las reglas y la esencia. En cambio, al hablar con personas menos competentes, las charlas suelen ser sobre comparaciones, envidias y fanfarronadas. Por lo tanto, el tipo de personas que elijas tener cerca determinará el camino que seguirás. Los pobres te enseñarán a ahorrar, las personas de baja moral te enseñarán a engañar, las personas disciplinadas te mostrarán cómo transformarte, y las personas exitosas te enseñarán cómo mejorar. La mayor fortuna de una persona no es encontrar dinero ni ganar la lotería, sino que un día encuentres a alguien que rompa tus hábitos de pensamiento previos, eleve tu nivel de conciencia y transforme tus valores. Te llevará a una plataforma más alta. En realidad, a veces no es que no tengas habilidades, sino que no tienes un buen espacio de desarrollo y oportunidades, y no has encontrado a alguien que valore tu potencial. Por eso, que alguien esté dispuesto a apoyarte y avanzar juntos es, de hecho, una cosa muy, muy afortunada. Debes aprender a ser agradecido con esa persona, tus logros no siempre se pueden medir en dinero. Quizás te ayudó a salir de un bache, o tal vez cuando encontraste la sensación de felicidad, viviste una vida que floreció con alegría.