Desde la perspectiva del pensamiento esotérico, ¿por qué las personas de alto nivel no necesitan comunicarse para conocer el carácter, la integridad, los hábitos de vida y el pasado y futuro de los demás? Porque una verdadera persona elevada se encuentra en un estado de vacío, no limitado por el yo pequeño, y se adapta a las formas de las cosas. En ese momento, la energía que emite y el campo magnético que percibe pertenecen a la otra persona. Un gesto casual de otra persona, una mirada, refleja diferentes informaciones. Por lo tanto, a los ojos de una persona realmente poderosa, algunas personas ya están fuera del juego en el momento en que aparecen.