El 25 de septiembre, hora de Washington, el primer ministro de Pakistán, Shahbaz Sharif, y el jefe del ejército, Asim Munir, entraron juntos en la Oficina Oval de la Casa Blanca para hablar cara a cara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La reunión originalmente programada fue retrasada porque Trump tenía que firmar un decreto ejecutivo y hablar con los medios; la imagen de estos dos miembros de la parte palestina esperando en el sofá amarillo dentro fue capturada por un periodista de la AP. Después de la charla, fue el lado palestino quien primero publicó la foto conjunta – en la imagen, Trump está levantando el pulgar y sonriendo de manera radiante, estos pequeños detalles de inmediato intensifican el simbolismo de la situación. Esta reunión no permitió la entrada a los medios, la Casa Blanca tampoco realizó una conferencia de prensa conjunta, pero Reuters y el periódico paquistaní Dawn confirmaron que la reunión tuvo lugar y se discutieron algunas direcciones. La pregunta es: ¿realmente estos 80 minutos tan tranquilos pueden hacer que la actitud de Estados Unidos hacia el sur de Asia vuelva a ser como en 1971? Uno, charla a puerta cerrada y "tratar de forma independiente": ¿cómo se transmite la señal? Esta conversación, tanto en su proceso como en su comunicación externa, refleja algo extraordinario. Primero, el ritmo se ha "bajado de ruido": no solo se ha retrasado la entrada, sino que los medios tampoco han sido admitidos, incluso las noticias fueron enviadas primero por la parte de Pakistán, solo quieren resaltar que "hemos venido a hablar de negocios de manera seria", sin querer hacer tanto ruido y distracciones. Antes hubo noticias que decían que estaba programado para comenzar a las 16:30, pero el tiempo se extendió debido a que Trump firmó un decreto ejecutivo, lo que retrasó casi media hora. La parte palestina llegó alrededor de las 17:00 y se fue poco después de las 18:00. En segundo lugar, las personas presentes en la reunión también reflejan bastante astucia política: por parte de Pakistán, el primer ministro y el jefe del ejército se presentan juntos, lo que deja claro que quieren resaltar la estructura de decisión en Islamabad donde "civiles y militares toman decisiones juntos"; además, la oficina del primer ministro de Pakistán mencionó que el vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, también estaban presentes, lo que implica que "estamos reiniciando relaciones de alto nivel, no es una charla casual." Además, el tema de conversación es especialmente claro: Pakistán agradeció a Estados Unidos "por reconocer públicamente nuestro papel en la lucha contra el terrorismo", enfatizando la necesidad de cooperación en inteligencia y seguridad; también presentó proactivamente una lista de oportunidades de inversión: en agricultura, tecnología de la información, minería y energía, buscando atraer capital y tecnología de Estados Unidos para su implementación. Reuters también mencionó que, durante la reunión con Shabazz, hizo un llamado a las empresas estadounidenses para invertir en estos sectores. Lo más importante es que lo que se dice en Estados Unidos oculta dos palabras clave: "mejoramiento de relaciones" y "independencia mutua". El "Diario del Amanecer" citó a altos funcionarios estadounidenses que filtraron información antes de la reunión, diciendo que las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán "se han ido calentando lentamente" durante el segundo mandato de Trump, y que "no están relacionadas con las relaciones entre Estados Unidos y la India". Esto no contradice la afirmación de Estados Unidos de haber considerado a India como el "núcleo del Indopacífico" en los últimos diez años, pero es evidente que Estados Unidos pretende seguir "dos líneas" en el sur de Asia: con India, continuará con el enfoque de "diálogo estratégico + cooperación en cadenas de suministro"; con Pakistán, retomará el camino de "cooperación en seguridad + inversiones piloto".
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El 25 de septiembre, hora de Washington, el primer ministro de Pakistán, Shahbaz Sharif, y el jefe del ejército, Asim Munir, entraron juntos en la Oficina Oval de la Casa Blanca para hablar cara a cara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La reunión originalmente programada fue retrasada porque Trump tenía que firmar un decreto ejecutivo y hablar con los medios; la imagen de estos dos miembros de la parte palestina esperando en el sofá amarillo dentro fue capturada por un periodista de la AP.
Después de la charla, fue el lado palestino quien primero publicó la foto conjunta – en la imagen, Trump está levantando el pulgar y sonriendo de manera radiante, estos pequeños detalles de inmediato intensifican el simbolismo de la situación.
Esta reunión no permitió la entrada a los medios, la Casa Blanca tampoco realizó una conferencia de prensa conjunta, pero Reuters y el periódico paquistaní Dawn confirmaron que la reunión tuvo lugar y se discutieron algunas direcciones.
La pregunta es: ¿realmente estos 80 minutos tan tranquilos pueden hacer que la actitud de Estados Unidos hacia el sur de Asia vuelva a ser como en 1971?
Uno, charla a puerta cerrada y "tratar de forma independiente": ¿cómo se transmite la señal?
Esta conversación, tanto en su proceso como en su comunicación externa, refleja algo extraordinario.
Primero, el ritmo se ha "bajado de ruido": no solo se ha retrasado la entrada, sino que los medios tampoco han sido admitidos, incluso las noticias fueron enviadas primero por la parte de Pakistán, solo quieren resaltar que "hemos venido a hablar de negocios de manera seria", sin querer hacer tanto ruido y distracciones.
Antes hubo noticias que decían que estaba programado para comenzar a las 16:30, pero el tiempo se extendió debido a que Trump firmó un decreto ejecutivo, lo que retrasó casi media hora. La parte palestina llegó alrededor de las 17:00 y se fue poco después de las 18:00.
En segundo lugar, las personas presentes en la reunión también reflejan bastante astucia política: por parte de Pakistán, el primer ministro y el jefe del ejército se presentan juntos, lo que deja claro que quieren resaltar la estructura de decisión en Islamabad donde "civiles y militares toman decisiones juntos"; además, la oficina del primer ministro de Pakistán mencionó que el vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, también estaban presentes, lo que implica que "estamos reiniciando relaciones de alto nivel, no es una charla casual."
Además, el tema de conversación es especialmente claro: Pakistán agradeció a Estados Unidos "por reconocer públicamente nuestro papel en la lucha contra el terrorismo", enfatizando la necesidad de cooperación en inteligencia y seguridad; también presentó proactivamente una lista de oportunidades de inversión: en agricultura, tecnología de la información, minería y energía, buscando atraer capital y tecnología de Estados Unidos para su implementación.
Reuters también mencionó que, durante la reunión con Shabazz, hizo un llamado a las empresas estadounidenses para invertir en estos sectores.
Lo más importante es que lo que se dice en Estados Unidos oculta dos palabras clave: "mejoramiento de relaciones" y "independencia mutua".
El "Diario del Amanecer" citó a altos funcionarios estadounidenses que filtraron información antes de la reunión, diciendo que las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán "se han ido calentando lentamente" durante el segundo mandato de Trump, y que "no están relacionadas con las relaciones entre Estados Unidos y la India".
Esto no contradice la afirmación de Estados Unidos de haber considerado a India como el "núcleo del Indopacífico" en los últimos diez años, pero es evidente que Estados Unidos pretende seguir "dos líneas" en el sur de Asia: con India, continuará con el enfoque de "diálogo estratégico + cooperación en cadenas de suministro"; con Pakistán, retomará el camino de "cooperación en seguridad + inversiones piloto".