A partir del 13 de noviembre, hora de la costa este de EE. UU., se produce un giro importante en la política arancelaria: un líder ha firmado una orden ejecutiva que anuncia la eliminación de los "aranceles recíprocos" para ciertos productos agrícolas, y esta modificación se aplica a todos los países que se vieron afectados anteriormente.

Esta vez la lista de exenciones es bastante larga: café, té, carne de res, plátanos, cítricos, tomates, incluso cacao, especias y algunos fertilizantes están incluidos. Hay que tener en cuenta que estos productos antes podían tener aranceles de hasta el 50%, lo que afecta directamente a los precios finales.

La versión oficial es que se consideraron integralmente las negociaciones comerciales y la oferta y demanda internas, pero el mercado lo ve claro: la esencia es que la presión inflacionaria no se puede soportar más. Los datos de septiembre muestran que los precios de la carne de res, el café y las bebidas de té aumentaron más del 10% en comparación interanual, los bolsillos de la gente se están reduciendo, los votantes expresaron su descontento con sus votos, y el partido en el poder sufrió pérdidas en múltiples elecciones locales. Además, la parálisis del gobierno federal está afectando a la economía, y con la acumulación de estos factores, un cambio de política es casi inevitable.

Para nosotros que hacemos transacciones, estas señales de inflación a nivel macro son dignas de atención, ya que las expectativas de liquidez están íntimamente relacionadas con la valoración de los activos de riesgo.