Recientemente ha habido una operación bastante interesante: un ex presidente de Estados Unidos gastó 82 millones de dólares en comprar bonos. A primera vista parece una inversión financiera tradicional, pero al examinar los activos adquiridos —empresas de chips, acciones tecnológicas, zona minorista, bancos de Wall Street— todos están altamente vinculados a las políticas que él promovió (proteccionismo comercial, reducción de impuestos, desregulación financiera). Esto no es una inversión, es claramente una apuesta anticipada a sus propias políticas.

La interpretación de esto en el mundo de las criptomonedas es más directa. Arthur Hayes y esos veteranos ya lo dijeron: mientras la política monetaria flexible continúe, las políticas de reducción de impuestos no cesen y las fricciones comerciales sigan, la máquina de imprimir dólares funcionará a toda velocidad, el agujero fiscal se profundizará, y Bitcoin pasará de ser un producto especulativo a un verdadero activo refugio, consolidando completamente el título de "oro digital". Además, observa a su alrededor, esa gente y el capital del Partido Republicano ya han estado acumulando $BTC en secreto: las criptomonedas ya no son solo un campo de juego para los minoristas, sino que se han convertido en una herramienta de asignación de capital político.

Así que la lección que nos deja esto es muy clara: es importante seguir el mercado, pero aún más aprender a interpretar las señales políticas. Hacia dónde fluye el capital, hacia dónde soplan los vientos de las políticas, es muy probable que las oportunidades estén escondidas allí. No te limites a mirar las líneas de K, presta más atención a estos códigos ocultos en la mesa de juego, podrían ser mucho más útiles que el análisis técnico.