Bitcoin retrocedió de una noche a otra a 82,000 dólares, y Ethereum cayó un 10% en un solo día—el detonante de esta ola de ventas fue, sorprendentemente, una persona que normalmente no habla mucho en la Reserva Federal.

El responsable de regulación, Bal, ese miembro del consejo que casi nunca hace declaraciones públicas, sorprendió al mercado con un mensaje que enfrió las expectativas: «La inflación todavía está en torno al 3%, lejos del objetivo del 2%, y ahora hay que ser prudentes». Aunque no dijo explícitamente que estuviera en contra de una bajada de tipos, con la palabra «prudente» todos los operadores entendieron —probablemente las expectativas de una bajada de 25 puntos en diciembre están en el aire.

¿Lo exagerado de la reacción en las acciones estadounidenses? El jueves, al abrir, el índice Nasdaq subía un 2%, pero en la tarde, de repente, cambió el tono y cerró bajando un 2%. Bitcoin incluso perdió la barrera de los 90,000 dólares, y los activos de riesgo se desplomaron de inmediato. La confianza en una bajada de tipos en diciembre se desplomó del 80% al 40% en una sola noche.

Lo más preocupante es que, en la propia Reserva Federal, no hay consenso. La facción hawkish —duro en política monetaria— crece de forma alarmante: Cleveland’s Harker dijo directamente «una nueva bajada de tipos sería como echar gasolina al fuego de la inflación», y la presidenta de Kansas, Michelle, ya votó en contra el mes pasado, por lo que lo más probable es que no ceda esta vez. La facción dovish —más moderada— casi ha desaparecido, y las pocas voces que quedan son silenciadas por la intensidad de los hawks. Incluso Nick Timiraos, portavoz oficial de la Fed, afirmó que los datos de empleo de septiembre profundizaron las diferencias, y que no hay un acuerdo claro.

Hablando de los datos de empleo de septiembre, son un enigma. Se crearon 119,000 nuevos empleos, más del doble de lo esperado, lo cual parece positivo. Pero, ¿el desempleo? ¡Subió hasta el 4.4%, alcanzando su nivel más alto en cuatro años! Bal interpretó que: «El mercado se está enfriando, pero todavía no es necesario una bajada de tipos urgente para evitar una recesión».

Ahora, toda la atención está puesta en la reunión de política monetaria de diciembre. La votación de Bal puede ser decisiva: si realmente se detiene la bajada de tipos, este ciclo de relajación monetaria terminaría antes de lo esperado. Wall Street ya advierte: las tasas altas seguirán reprimiendo los activos de riesgo, y no hay muchas esperanzas de una bajada de tipos el próximo año.

Datos contradictorios, altos cargos en desacuerdo, y una volatilidad brutal en el mercado —estas tres fuerzas aseguran que la reunión de la Fed en diciembre no será tranquila.