Octubre acaba de traernos noticias llamativas en el frente de la liquidez. El indicador FCI-G de la Fed muestra que las condiciones financieras han alcanzado su punto más laxo desde principios de 2022; sí, estamos hablando del entorno monetario más relajado que hemos visto en casi tres años. ¿Qué significa esto? Más capital fluyendo, costes de endeudamiento que se mantienen atractivos y los activos de riesgo que podrían recibir un impulso. Para quienes siguen las tendencias macroeconómicas, este cambio es relevante. Las condiciones laxas históricamente alimentan el apetito por inversiones de mayor beta, y las criptomonedas tienden a beneficiarse cuando las finanzas tradicionales abren las compuertas.