Hablemos en serio: la agricultura de rendimiento no tiene que ser un circo de hype. Algunos protocolos realmente lo están logrando con rendimientos estables y ajustados al riesgo, además de incentivos de participación genuina. Ahí es donde se dirige el dinero inteligente. La consistencia a largo plazo siempre superará los fuegos artificiales a corto plazo: la sostenibilidad supera al FOMO, cada vez.