Australia está avanzando con su controvertida prohibición de las redes sociales para niños pequeños el próximo mes, incluso cuando un grupo de derechos lleva la legislación a los tribunales esta semana. La política—la primera de su tipo a nivel mundial—ha generado un intenso debate sobre la libertad digital frente a la seguridad infantil. Mientras el gobierno insiste en que el cronograma no se moverá, los críticos argumentan que la ley establece un precedente peligroso para la regulación de internet. Este desafío legal podría poner a prueba hasta dónde pueden llegar los gobiernos en el control del acceso en línea. ¿Seguirán otros países su ejemplo, o esta experiencia regulatoria se dirige a una gran sacudida?