En los últimos dos días, el mercado ha rebotado mientras se mantiene en un rango lateral, pero sigo sujetando mis posiciones con firmeza.

Todavía queda bastante espacio hasta el nivel que tengo predefinido para abrir cortos; ¿y en cuanto a una señal real de giro? Eso está aún más lejos.

Hoy quiero hablar de por qué cada vez me inclino más hacia el trading de continuación y el seguimiento de tendencias.

En este juego llamado trading, hay una pregunta que no puedes evitar: ¿intentar cazar suelos y anticipar un rebote, o esperar la confirmación antes de entrar?

Empecemos por el trading de anticipación —es como intentar atrapar un cuchillo que cae de la mesa antes de que toque el suelo. Si lo consigues, enhorabuena: has comprado en el mínimo y tu destreza parece de otro nivel; pero lo más habitual es que la hoja te corte la mano, recordándote de forma sangrienta lo que significa “atrapar un cuchillo en caída”.

Veamos ahora el trading de confirmación: te quedas a un lado, esperando a que el cuchillo caiga al suelo, rebote un par de veces y quede completamente quieto; cuando ya no hay peligro, te agachas y lo recoges. Puede que el precio esté un poco más alto que justo en el suelo, pero tus dedos se mantienen intactos: esa es la “margen de seguridad” de operar en el lado derecho.

La lógica central de la operativa por confirmación es simple: no apuesto a lo que sucederá, solo confío en lo que ya ha sucedido. Cuando Bitcoin rompe una línea de tendencia bajista y comienza a subir de forma estable, entramos en la mitad derecha de la “V”.

Pero surge la pregunta: ¿por qué, cuando el precio de Bitcoin rompe cierto nivel clave, suele seguir subiendo con alta probabilidad?

No es magia, sino que lo determina la estructura del mercado. Tras la ruptura, hay dos fuerzas que “se ven obligadas” a acompañarte en la subida:

**Primero, por encima de la resistencia hay una zona de vacío.** Ahí no existe una zona de acumulación de operaciones previa, y hay muy poca gente dispuesta a vender a ese precio. Por eso, tras la ruptura, incluso una pequeña orden de compra puede empujar el precio fácilmente hacia arriba. Este tipo de “subida sin resistencia” es como una riada que rompe un dique: ya sin obstáculos por delante, la energía potencial se libera al máximo.