Tomi se dedica a combinar la fiabilidad de los protocolos tradicionales de Web2 con la innovación de la tecnología Web3, abordando estos problemas mediante la creación de un internet paralelo. Esta red descentralizada pone en el centro la privacidad del usuario, la libertad de expresión y la gobernanza comunitaria, permitiendo que las personas accedan a la información sin interferencias, protegiendo su identidad digital y permitiéndoles participar en las decisiones sobre el desarrollo del ecosistema.

Tomi utiliza blockchain, organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) y soluciones de identidad autosoberana para garantizar la transparencia, la seguridad y la autonomía. Su ecosistema está respaldado por la criptomoneda nativa TOMI, que permite transacciones fluidas e incentiva a los participantes de la red.

Al ofrecer una alternativa a las redes centralizadas, Tomi tiene como objetivo empoderar a los usuarios para que tomen el control de su identidad digital, accedan a un internet resistente a la censura y se beneficien de modelos de negocio descentralizados. Esto supone un paso importante hacia un entorno online más justo, seguro y gobernado por los propios usuarios.