#美SEC促进加密资产创新监管框架 Últimamente hay tantas señales alcistas en el mercado que es imposible contarlas, basta con elegir unas cuantas para ver claramente lo que se está gestando.

Empecemos por el panorama macroeconómico. La Reserva Federal ha detenido el QT, lo que significa que deja de reducir su balance; la liquidez del mercado empieza a aflojarse y, con más dinero en circulación, es natural que fluya hacia activos de riesgo. Además, la posible designación de Hassett como presidente de la Fed, alguien con una política más laxa, supone una expectativa positiva para el mercado cripto.

Veamos ahora el movimiento de capitales. El volumen de negociación del ETF spot de Bitcoin de BlackRock (IBIT) ya ha superado al del ETF del S&P 500, una señal contundente: el dinero institucional tradicional está migrando en masa hacia el sector cripto. El Bitcoin vuelve a situarse por encima de los 90.000 dólares y este comportamiento del precio es, en sí mismo, el indicador de confianza más directo.

En el plano técnico y regulatorio también hay avances. La actualización Fusaka de Ethereum ha mejorado la escalabilidad de la red, fortaleciendo la infraestructura; por parte de la SEC, se está impulsando el proceso de tokenización y la actitud regulatoria está pasando de la represión a la construcción, lo que marca un punto de inflexión clave para la certidumbre del sector.

El estallido de algunas monedas también refleja el sentimiento. SAPIEN subió un 53% en un solo día, alcanzando un máximo histórico, y SUI se disparó un 20% tras superar su resistencia técnica; cuando estos efectos de ganancias se propagan, el ánimo de los minoristas se enciende con facilidad.

Además, durante la crisis de la deuda estadounidense, Musk apoyó públicamente al Bitcoin, y el respaldo de grandes figuras influye mucho en la psicología del mercado.

Con todas estas señales juntas, el ambiente del mercado ya se está calentando. Si podrá mantenerse o no, dependerá de si el capital sigue llegando en el futuro.