¡El mercado cripto vuelve a regalarnos una escena surrealista! Un conocido trader con más de 10.000 seguidores cambia de discurso en cuestión de segundos: un momento antes publica un extenso análisis aconsejando a todos “esta vez seguro cae, abrid cortos rápido para asegurar beneficios”, y al siguiente el precio se dispara a máximos históricos. Lo mejor de todo: el post original desaparece en un instante, y acto seguido publica una captura presumiendo “yo ya estaba posicionado en largos hace rato”, luciéndose como si hubiera previsto todo. ¿Y los pequeños inversores que hicieron caso y abrieron cortos? Ya están llorando desconsolados tras recibir la notificación de liquidación.

El mercado de criptomonedas nunca duerme y la histeria colectiva se contagia más rápido que un virus. Cuando el influencer dice “la tendencia está rota”, muchos pierden la cabeza y se lanzan a abrir cortos, solo para ser arrasados por una subida fulminante que les liquida en segundos. Mientras tanto, el “gurú” cambia de cara en lo alto del rally y se presenta como un genio infalible. ¿Sus argumentos previos? Como si nunca hubieran existido.

Esta táctica del “a toro pasado” explota a la perfección la psicología del inversor minorista. Antes de la subida no se atreve a recomendar largos—por si acaso cae y queda en ridículo. Espera hasta que la subida es un hecho, y solo entonces sale a presumir de acierto—seguro y sumando seguidores. Cuando el mercado se vuelve eufórico, demasiada gente deja de pensar por sí misma y copia ciegamente al “experto”, cayendo justo en la trampa de estos influencers.

¿Lo más irónico? Cuando recomienda cortos, enumera “señales técnicas de colapso” con toda la lógica del mundo, y si el precio sube, es capaz de reinterpretar la misma vela como “indicio clarísimo de subida”. Este análisis esquizofrénico no es más que “si gano, soy un genio; si pierdes, es culpa tuya”, jugando con la confianza de los seguidores para apostar a un lado u otro.

En el mundo cripto no existen bolas de cristal infalibles, pero sobran los trucos para aprovecharse de la fe ajena. Esas capturas de posiciones que aparecen solo después, esas “predicciones milagrosas” que surgen cuando el precio ya ha subido, no son más que juegos emocionales que se aprovechan de la asimetría de información. En vez de obsesionarte con los discursos cambiantes de estos “maestros del disfraz”, mejor construye tu propia disciplina de trading. En este campo de batalla lleno de volatilidad y trampas, lo único fiable es tu propio criterio y gestión de riesgo.

¿Te has topado alguna vez con estos influencers que cambian de opinión como de camisa? ¡Cuéntanos tu experiencia pisando minas!