Esta jugada de Wall Street, de verdad que no hay quien la entienda.

Larry Fink, ese señor que gestiona billones de dólares en BlackRock, hace unos años aún juraba que Bitcoin no era más que una herramienta para el lavado de dinero. ¿Y ahora qué? No solo ha admitido públicamente que se equivocaba, sino que él mismo ha lanzado el mayor ETF de Bitcoin al contado del mundo. Vaya cambio de discurso, madre mía.

¿Y lo más surrealista? Hace unos años, cuando los minoristas gritaban en las comunidades "BTC es el futuro", los expertos de turno les llamaban jugadores. Ahora, esas mismas palabras en boca de estos ejecutivos encorbatados se convierten de inmediato en "asignación estratégica de activos". Así de injustas son las reglas del juego: cuando la gente normal aún duda si subirse al carro, las instituciones ya han ocupado todos los asientos.

Hablando claro, Fink no ha cambiado de opinión porque de repente haya visto la luz. Este hombre, que cada año se reúne con infinidad de altos cargos y clientes top, maneja información a un nivel completamente distinto al nuestro. Cuando él sale en público diciendo que "ve potencial", es porque ya lo tienen todo bien atado desde hace tiempo.

¿Qué puede hacer el pequeño inversor? Unos consejos sencillos:

Primero, no esperes que los gigantes te hagan rico. Ellos siempre van dos o tres años por delante; cuando tú lees la noticia, ellos ya se han servido.

Segundo, prueba suerte solo con dinero que puedas permitirte perder, no apuestes todo. Es cierto que la entrada de las instituciones trae más regulación y puede reducir la volatilidad del mercado, pero eso no significa que no haya riesgos.

Tercero, sigue formándote. La parte más cruel de este mercado es que nunca ganarás más de lo que te permite tu conocimiento, y la "actualización de conocimientos" de los gigantes suele pagarse con el dinero de los minoristas.

Cuando Wall Street empieza a hablar claro, deberías preguntarte qué están tramando. Al fin y al cabo, cuando el lobo aprende a balar, no es para hacerse amigo de las ovejas.