Acabo de oír algo alucinante: un profesor de matemáticas legendario deja la academia para unirse a una startup de IA. Y atención: el fundador solo tiene 24 años.

Eso sí que es un giro inesperado. Pensarías que alguien de ese nivel se quedaría con la plaza fija y las subvenciones de investigación, pero no. Parece que el mundo de las startups está atrayendo talento de verdad últimamente.

Te hace preguntarte qué tipo de proyecto podría convencer a una leyenda de las matemáticas para dar ese salto. Deben de estar trabajando en algo realmente revolucionario. Solo la diferencia de edad ya es fascinante: imagina la dinámica entre décadas de experiencia académica y la energía emprendedora de alguien tan joven.

¿Alguien más piensa que esto señala dónde está ocurriendo la verdadera innovación ahora mismo? Cuando académicos de primer nivel empiezan a irse a startups, sabes que algo está cambiando en la industria.