Parece que la realidad está golpeando con fuerza. Un gigante de las redes sociales estaría recortando el presupuesto de su división de metaverso hasta en un 30%.

No estamos hablando de calderilla: es un cambio drástico respecto a su anterior estrategia de apostar todo por esta visión. ¿Recuerdas cuando reorientaron toda la empresa en torno a esto? Ahora están pisando el freno.

¿Qué está detrás de esto? ¿Presión del mercado, tasas de adopción decepcionantes o una recalibración estratégica? Podrían ser las tres cosas. El ciclo de entusiasmo en torno al metaverso se ha enfriado considerablemente desde su punto álgido, y los accionistas están planteando preguntas difíciles sobre el retorno de inversión.

Para el espacio Web3 en general, esto envía señales mixtas. Por un lado, demuestra que ni siquiera los gigantes tecnológicos pueden forzar la adopción masiva. Por otro, podría liberar talento y recursos que se dirijan a proyectos de metaverso más enfocados y nativos en cripto.

La visión del mundo virtual no está muerta: simplemente se está volviendo más realista en cuanto a los plazos y las expectativas.