El mercado vuelve a jugar con el corazón.

Anoche, al cierre de Wall Street, en apariencia todo estaba tranquilo: el Dow Jones cayó un 0,07%, el S&P subió un 0,11%, el Nasdaq repuntó un 0,22% y el índice Nasdaq Golden Dragon de valores chinos terminó sólidamente con una subida del 0,39%. Pero lo que realmente mantuvo a los operadores pegados a las pantallas hasta la madrugada fue la gran incógnita: ¿Se atreverá la Reserva Federal a bajar los tipos en diciembre?

La respuesta podría ser más directa de lo esperado. Hace un par de días, el asesor económico de la Casa Blanca, Hassett, lo dijo abiertamente: la probabilidad de una bajada de tipos de 25 puntos básicos en diciembre es "altísima". Tras esas palabras, la herramienta FedWatch del CME se volvió loca: la probabilidad de un recorte en diciembre se disparó al 87%, e incluso un 27% de las apuestas cree que en enero del próximo año ya habremos acumulado una rebaja total de 50 puntos básicos.

El sector tecnológico, por su parte, experimentó una jornada de "fuego y hielo". Nvidia subió un 2%, tras anunciar junto a Palantir y CenterPoint Energy el lanzamiento de una plataforma de centros de datos de IA llamada “Chain Reaction”, que apunta directamente a la multimillonaria tarta de la computación. Meta también subió un 3%; según dicen, Zuckerberg ha recortado un 30% el presupuesto del metaverso para apostar todo al terreno de la IA.

En el lado opuesto, Micron Technology anunció de repente que abandona el negocio de almacenamiento de consumo para centrarse exclusivamente en los chips de IA, y sus acciones cayeron un 3% ese mismo día —lo que podría significar que, en el futuro, te costará más comprar SSDs y módulos de memoria. Peor fue para Intel: fracasaron las negociaciones para vender su división de redes y la acción se desplomó un 7%.

Los datos de empleo son aún más extraños. El número de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo fue de solo 191.000, un mínimo de tres años; a simple vista, parece que las empresas se aferran a sus empleados. Pero mirando el total de despidos en los primeros 11 meses de este año, ya se superan los 1,17 millones, un 50% más que el año pasado, el máximo desde 2020. El dato de empleo privado de ADP es aún más extremo: en noviembre no solo no creció, sino que se redujo en 32.000 personas.

Este estancamiento de “no contratar ni despedir” es precisamente el mejor argumento para que la Reserva Federal baje los tipos. BlackRock ya lo anticipa públicamente: no solo habrá recorte en diciembre, sino que podría seguir bajando hasta 2026. El capital global lleva tiempo esperando el “señal de liquidez” para lanzarse de lleno a los activos de riesgo.

BTC, ETH y DOGE también se han vuelto inquietos estos días. Si se confirma la expectativa de bajada de tipos y la liquidez vuelve a aflojarse, el mercado cripto podría tener la oportunidad de aprovechar esta oleada de beneficios; todo dependerá de la evolución en las próximas semanas.