La recién publicada Estrategia de Seguridad Nacional nos ofrece la imagen más clara hasta ahora de cómo el concepto de 'América Primero' se traduce en acciones concretas de política exterior. Si se lee entre líneas, hay mucho aquí que debería inquietar.

No se trata solo de otro documento de política acumulando polvo. Es una hoja de ruta que señala hacia dónde se dirige el compromiso internacional de EE. UU., y no a todos les va a gustar el destino. Las implicaciones abarcan desde las relaciones comerciales hasta las prioridades diplomáticas, con el potencial de remodelar alianzas que han perdurado durante décadas.

Para cualquiera que observe los mercados globales o las relaciones internacionales, este documento merece atención. El tono y la dirección sugieren que nos esperan cambios significativos en la forma en que Estados Unidos se posiciona en el escenario mundial.