En estos años en el mundo cripto, he cambiado de herramienta para retirar fondos al menos ocho o diez veces. Al final, descubrí que una buena tarjeta depende de tres cosas: que la comisión sea lo suficientemente baja, que permita entradas y salidas en cualquier momento, y que el manejo no sea complicado.

Recientemente he probado una tarjeta nueva y, sinceramente, me ha sorprendido bastante: comisión cero, abono inmediato y se puede activar en cuestión de minutos. Una combinación así no se ve mucho en el mercado.

Para los principiantes, la barrera de entrada es baja; para los veteranos como nosotros, lo que buscamos es comodidad. Al fin y al cabo, el dinero no cae del cielo, así que todo lo que se pueda ahorrar es bienvenido, y si además es fácil de usar, mejor aún.