Últimamente he descubierto algo bastante surrealista.

Alguien ha registrado una cuenta falsa que imita a la perfección: el nombre y el avatar parecen reales, y luego va y sigue en silencio a un montón de auténticos influencers. ¿Adivinas qué pasa? Este truco es realmente astuto: la gente común ve “vaya, tantos grandes referentes le siguen”, y de forma inconsciente piensa que esa cuenta es fiable.

En resumen, es un aval invisible. Se aprovecha del “efecto rebaño” que todos tenemos: si los demás se fían, ¿por qué yo no?

Y ahí surge el problema: los recién llegados al sector no son capaces de distinguir entre cuentas reales y falsas. Ven en la lista de seguidores muchas caras conocidas y se lo creen sin más. Si esa cuenta falsa publica algún proyecto basura, o incluso un enlace de phishing, básicamente esas personas son corderos listos para ser sacrificados.

Así que os aviso: ante cualquier cuenta que dé consejos de inversión, verificad primero su identidad. Contrastad en varias plataformas, no os dé pereza. Los timos en el mundo cripto no paran de evolucionar, así que nuestra cautela también debe hacerlo. Los principiantes, especialmente, no bajéis la guardia solo porque veáis unos cuantos seguidores conocidos.