País del agua nublada, alma de hielo y espíritu de nieve, recibo la primavera al amanecer. No tengo miedo de las mariposas en la cumbre del cielo, mientras la flauta gira entre los bárbaros. Un árbol se inclina como una pintura de nubes, con un delicado aroma de blanco y rojo. Fuera del viento oriental, la nieve y la luna son frescas y claras, en las montañas y arroyos serenos.
Debería ser como jade volador, pero el cielo no se preocupa y me exilia a la tierra año tras año. En cuanto a las cosas fragantes, después de lavar el maquillaje, las hojas rojas se marchitan juntas. Cuánta tristeza de humo y cuánto odio de lluvia, vacío y lejano, el corazón está tranquilo. Nadie ve, la manga verde se apoya en el bambú en un día frío.
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País del agua nublada, alma de hielo y espíritu de nieve, recibo la primavera al amanecer. No tengo miedo de las mariposas en la cumbre del cielo, mientras la flauta gira entre los bárbaros. Un árbol se inclina como una pintura de nubes, con un delicado aroma de blanco y rojo. Fuera del viento oriental, la nieve y la luna son frescas y claras, en las montañas y arroyos serenos.
Debería ser como jade volador, pero el cielo no se preocupa y me exilia a la tierra año tras año. En cuanto a las cosas fragantes, después de lavar el maquillaje, las hojas rojas se marchitan juntas. Cuánta tristeza de humo y cuánto odio de lluvia, vacío y lejano, el corazón está tranquilo. Nadie ve, la manga verde se apoya en el bambú en un día frío.