Los jóvenes en Asia enfrentan crecientes dificultades para asegurar un empleo digno, con millones atrapados en trabajos mal remunerados e inestables que ofrecen poco espacio para el avance.
Un nuevo informe del Banco Mundial publicado esta semana advierte que este desequilibrio podría amenazar el progreso económico y la cohesión social, ya que las frustraciones por la desigualdad y la escasez de empleo continúan desbordándose en las calles.
El informe destaca que, aunque el empleo general se mantiene alto, la calidad de los trabajos disponibles ha deteriorado. La mayoría de los jóvenes que buscan trabajo terminan en roles de baja productividad o informales, especialmente en países como China, Indonesia y Filipinas, donde uno de cada siete jóvenes sigue desempleado.
El Banco Mundial advirtió que la proporción de personas vulnerables a la pobreza ahora supera el tamaño de la clase media en muchas economías asiáticas.
La brecha del desempleo juvenil muestra una división persistente
En toda Asia, el desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años es al menos el doble que el de la población en edad de trabajar. En países como Mongolia, Indonesia y China, el desempleo juvenil supera el 10%, mientras que la tasa para aquellos de 25 a 54 años se mantiene por debajo del 5%.
Esta brecha ilustra lo difícil que se ha vuelto para los jóvenes trabajadores hacer la transición de la educación al empleo estable.
A pesar de la expansión económica en muchos mercados asiáticos, el informe del Banco Mundial señala que “la mayoría de las personas que buscan trabajo lo encuentran,” pero añade que estos empleos a menudo se encuentran en la economía informal.
Estos incluyen roles en la venta ambulante, trabajos temporales o mano de obra manual temporal, que carecen de beneficios, protección social y perspectivas de crecimiento a largo plazo.
La creación de empleo se desplaza de la manufactura a los servicios
El informe encuentra que el crecimiento del empleo se ha trasladado de la manufactura—una vez una fuente confiable de movilidad ascendente— a servicios de bajos salarios. El cambio ha debilitado uno de los motores clave del crecimiento inclusivo de la región.
Sectores como el comercio, el transporte y la hostelería están expandiéndose rápidamente, pero muchos de los nuevos puestos son informales y mal remunerados. Como resultado, aunque los números de empleo parecen sólidos, la productividad y el crecimiento de los ingresos siguen siendo lentos.
Esta transformación arriesga revertir décadas de progreso que ayudaron a sacar a millones de la pobreza durante el auge manufacturero de Asia.
Las brechas de género y regionales se amplían
Las mujeres siguen viéndose afectadas desproporcionadamente por las limitadas oportunidades laborales. El Banco Mundial señala que la participación de las mujeres en la fuerza laboral está rezagada en aproximadamente 15 puntos porcentuales en Indonesia, Malasia y Filipinas.
En muchas naciones insulares del Pacífico, las tasas de participación entre ambos géneros siguen siendo bajas, lo que restringe aún más el potencial económico general.
Estas disparidades, combinadas con un menor acceso a la educación y al cuidado infantil, han mantenido a las mujeres concentradas en trabajos informales o no remunerados en el ámbito familiar.
El informe subraya que abordar la desigualdad de género en los mercados laborales será crucial para mantener el crecimiento y garantizar un acceso justo a las oportunidades.
Nuevas empresas impulsan la creación de empleo pero enfrentan barreras
Según el informe, las empresas que tienen cinco años o menos juegan un papel desproporcionado en la creación de empleo en toda la región. En Malasia y Vietnam, por ejemplo, tales empresas representan el 57% del empleo total pero contribuyen con casi el 79% de la creación de empleo.
Sin embargo, la tasa de entrada de nuevas empresas está disminuyendo, limitando el ritmo al que se pueden generar empleos productivos.
El Banco Mundial advirtió que las regulaciones restrictivas, el acceso limitado a financiamiento y la concentración del mercado están dificultando la aparición y el crecimiento de nuevas empresas. Este declive en la actividad emprendedora arriesga a arraigar aún más el desempleo juvenil.
El creciente descontento juvenil desata protestas globales
El aumento del desempleo entre los jóvenes ha alimentado una ola de protestas en Asia y África. En los últimos meses, se han producido grandes manifestaciones en países como Filipinas, Indonesia, Timor Oriental, Mongolia, Kenia y Madagascar.
Muchos de estos movimientos han sido impulsados por activistas de la Generación Z que exigen responsabilidad, salarios justos y reformas contra la corrupción.
En algunos casos, como en Nepal y Bangladesh, los disturbios liderados por jóvenes han contribuido a los cambios políticos. El Banco Mundial advierte que si estos desafíos estructurales no se abordan, la insatisfacción entre los jóvenes podría socavar la estabilidad y frenar el crecimiento en varias economías.
Las ganancias comerciales son desiguales y vulnerables a choques
Mientras que el comercio ha apoyado la creación de empleo en Camboya y Vietnam, los beneficios siguen siendo desiguales. Muchos países están luchando por mover a los trabajadores de sectores de baja productividad a sectores de alta productividad.
El informe destaca que sin reformas institucionales más sólidas y un mejor apoyo a la innovación y la educación, el modelo de crecimiento de Asia podría volverse cada vez más frágil ante las disrupciones globales.
La publicación La crisis laboral juvenil en Asia se profundiza a medida que el trabajo informal se expande apareció primero en Invezz
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La crisis del empleo juvenil en Asia se agrava a medida que se expande el trabajo informal
Un nuevo informe del Banco Mundial publicado esta semana advierte que este desequilibrio podría amenazar el progreso económico y la cohesión social, ya que las frustraciones por la desigualdad y la escasez de empleo continúan desbordándose en las calles.
El informe destaca que, aunque el empleo general se mantiene alto, la calidad de los trabajos disponibles ha deteriorado. La mayoría de los jóvenes que buscan trabajo terminan en roles de baja productividad o informales, especialmente en países como China, Indonesia y Filipinas, donde uno de cada siete jóvenes sigue desempleado.
El Banco Mundial advirtió que la proporción de personas vulnerables a la pobreza ahora supera el tamaño de la clase media en muchas economías asiáticas.
La brecha del desempleo juvenil muestra una división persistente
En toda Asia, el desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años es al menos el doble que el de la población en edad de trabajar. En países como Mongolia, Indonesia y China, el desempleo juvenil supera el 10%, mientras que la tasa para aquellos de 25 a 54 años se mantiene por debajo del 5%.
Esta brecha ilustra lo difícil que se ha vuelto para los jóvenes trabajadores hacer la transición de la educación al empleo estable.
A pesar de la expansión económica en muchos mercados asiáticos, el informe del Banco Mundial señala que “la mayoría de las personas que buscan trabajo lo encuentran,” pero añade que estos empleos a menudo se encuentran en la economía informal.
Estos incluyen roles en la venta ambulante, trabajos temporales o mano de obra manual temporal, que carecen de beneficios, protección social y perspectivas de crecimiento a largo plazo.
La creación de empleo se desplaza de la manufactura a los servicios
El informe encuentra que el crecimiento del empleo se ha trasladado de la manufactura—una vez una fuente confiable de movilidad ascendente— a servicios de bajos salarios. El cambio ha debilitado uno de los motores clave del crecimiento inclusivo de la región.
Sectores como el comercio, el transporte y la hostelería están expandiéndose rápidamente, pero muchos de los nuevos puestos son informales y mal remunerados. Como resultado, aunque los números de empleo parecen sólidos, la productividad y el crecimiento de los ingresos siguen siendo lentos.
Esta transformación arriesga revertir décadas de progreso que ayudaron a sacar a millones de la pobreza durante el auge manufacturero de Asia.
Las brechas de género y regionales se amplían
Las mujeres siguen viéndose afectadas desproporcionadamente por las limitadas oportunidades laborales. El Banco Mundial señala que la participación de las mujeres en la fuerza laboral está rezagada en aproximadamente 15 puntos porcentuales en Indonesia, Malasia y Filipinas.
En muchas naciones insulares del Pacífico, las tasas de participación entre ambos géneros siguen siendo bajas, lo que restringe aún más el potencial económico general.
Estas disparidades, combinadas con un menor acceso a la educación y al cuidado infantil, han mantenido a las mujeres concentradas en trabajos informales o no remunerados en el ámbito familiar.
El informe subraya que abordar la desigualdad de género en los mercados laborales será crucial para mantener el crecimiento y garantizar un acceso justo a las oportunidades.
Nuevas empresas impulsan la creación de empleo pero enfrentan barreras
Según el informe, las empresas que tienen cinco años o menos juegan un papel desproporcionado en la creación de empleo en toda la región. En Malasia y Vietnam, por ejemplo, tales empresas representan el 57% del empleo total pero contribuyen con casi el 79% de la creación de empleo.
Sin embargo, la tasa de entrada de nuevas empresas está disminuyendo, limitando el ritmo al que se pueden generar empleos productivos.
El Banco Mundial advirtió que las regulaciones restrictivas, el acceso limitado a financiamiento y la concentración del mercado están dificultando la aparición y el crecimiento de nuevas empresas. Este declive en la actividad emprendedora arriesga a arraigar aún más el desempleo juvenil.
El creciente descontento juvenil desata protestas globales
El aumento del desempleo entre los jóvenes ha alimentado una ola de protestas en Asia y África. En los últimos meses, se han producido grandes manifestaciones en países como Filipinas, Indonesia, Timor Oriental, Mongolia, Kenia y Madagascar.
Muchos de estos movimientos han sido impulsados por activistas de la Generación Z que exigen responsabilidad, salarios justos y reformas contra la corrupción.
En algunos casos, como en Nepal y Bangladesh, los disturbios liderados por jóvenes han contribuido a los cambios políticos. El Banco Mundial advierte que si estos desafíos estructurales no se abordan, la insatisfacción entre los jóvenes podría socavar la estabilidad y frenar el crecimiento en varias economías.
Las ganancias comerciales son desiguales y vulnerables a choques
Mientras que el comercio ha apoyado la creación de empleo en Camboya y Vietnam, los beneficios siguen siendo desiguales. Muchos países están luchando por mover a los trabajadores de sectores de baja productividad a sectores de alta productividad.
El informe destaca que sin reformas institucionales más sólidas y un mejor apoyo a la innovación y la educación, el modelo de crecimiento de Asia podría volverse cada vez más frágil ante las disrupciones globales.
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