El mecanismo de financiación es bastante sencillo: una parte financia a la otra, manteniendo los flujos comerciales en equilibrio por ahora.

Pero aquí está el problema: ¿y si EE. UU. realmente aplica políticas que reduzcan su déficit comercial? Ahí es cuando las economías del sudeste asiático chocan contra un muro. El equilibrio actual solo funciona porque Estados Unidos sigue teniendo números rojos. Si recortan ese déficit, de repente estos patrones comerciales pasan de ser sostenibles a asfixiantes para la región.